La casa de Ruiz Cortines

Una placa de mármol en el costado izquierdo de la puerta acredita la historia del inmueble que se ubica en el centro de Veracruz

Por Víctor M. Toriz

Veracruz, Ver.-Marcada con el 301 de la calle Manuel Gutiérrez Zamora, en el corazón del Centro Histórico de Veracruz, se encuentra la casa en donde nació y vivió los primeros años de su niñez el expresidente de México, Adolfo Ruiz Cortines.

Una placa de mármol en el costado izquierdo de la puerta acredita la historia del inmueble: “Ilustre Veracruzano… Del Pueblo y el Ayuntamiento a su Memoria… Diciembre 30 de 1975”, dicen las letras en relieve.

La fachada muestra un edificio modesto, como afirman era el expresidente, flanqueado por otras dos construcciones de mayor tamaño.

Sin embargo, el color naranja de sus muros frontales y el contraste causado con el blanco de la marquesina del balcón y los barrotes negros, llaman a la vista a ese pequeño espacio donde se encuentra la casa.

Una puerta blanca de madera abierta de par en par recibe a los visitantes, una sola ventana con barrotes se dibuja casi en el centro de la cara del primer piso, mientras que en el segundo nivel dos puertas se encuentran en una simetría casi perfecta.

Alejandro Torres Portador, gerente y propietario de Point Coworking, hizo posible el rescata del inmueble luego de que inició trabajos intensos de restauración supervisados por el Instituto Nacional de Antropología e Histori (INAH).

El joven empresario originario de la ciudad y puerto de Veracruz, pasó la mayor parte de su infancia en la zona centro de la ciudad, mirando el inmueble ubicado a media cuadra del zócalo como otro de los vetustos edificios abandonados en el casco antiguo de Veracruz.

Cuenta que casi por azar decidió que la vieja casa del expresidente serviría para cubrir la necesidad de oficina a pequeños empresarios que buscaban instalar sus negocios en el corazón de la ciudad, pero que por las altas rentas huían a otras zonas del área metropolitana.

Recuerda el 18 de diciembre del 2016 como la fecha en la que se abrió al público nuevamente la casa de Adolfo Ruiz Cortines, después de 15 años de mantenerse como un edificio abandonado.

Pero también destaca el proceso para rescatar el lugar, en donde la intención era mantener los rasgos antiguos de la casa para darle un sentido de pertenencia entre los oficinistas que la ocuparía de ahora en adelante.

Una escalera roja con pasamanos de madera que se alza a unos metros frente a la puerta es probablemente uno de los rasgos antiguos mejores conservados del inmueble.

Vigas de madera y metal sostienen los techos, mientras que en los muros del pasillo principal fotografías del expresidente reciben a quienes ingresan.

El espacio donde se encontraba la sala y el comedor es ahora el sitio en donde trabajan oficinistas de diversas empresas, aunque es común que cualquier turista curioso se adentre pensando que es un Museo.

En estos casos, Alejandro Torres se ofrece para dar visitas guiadas en donde cuenta parte de la historia del expresidente, de quién comenzó a conocer hace poco tiempo, pero de quién se declara admirador.

Pasando el pasillo principal mantiene una pequeña biblioteca con libros escritos o que hacen alusión a Ruiz Cortines.

En el segundo nivel un ojo de patio deja entrar la luz natural, mientras que tres puertas de madera que antes eran dormitorios fueron habilitados como salas de juntas, sin alteraciones en sus diseños; uno de ellos era el dormitorio del expresidente.

La casa se puede recorrer en menos de cinco minutos, pero las anécdotas que se cuentan del expresidente veracruzano prolongan la estancia en ocasiones por más tiempo.

Fotografías de él y frases escritas sobre tabla roca que protegen los muros de piedra muca dan una idea de su forma de pensar.

La propiedad legal del edificio se mantiene entre la familia de Adolfo Ruiz Cortines, quien en su testamento prohibió que fuera vendida.

En este tiempo, cada veracruzano que pasa ha vuelto a recordar que ahí nació el expresidente y cientos de turistas, incluido personalidades de la política nacional se han atrevido a cruzar el umbral de la puerta, atraídos por la historia.

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